Archive by Author

Una vida interesante (para/en la literatura)

30 Mar

por Mariana Catalin

Cuando leí la primera frase de Vida y obra. Otra vuelta al giro autobiográfico sentí cierto temor. La frase en cuestión es la siguiente: “Debe tener razón María Moreno cuando asegura que lo autobiográfico siempre estuvo de moda”. Ya sé que puede ser risible sentir “algo” frente a un libro de crítica literaria. Pero  sucedió. El subtítulo anuncia este último libro de Alberto Giordano como una “vuelta” sobre el “giro autobiográfico” y temí por el carácter de esa vuelta. Mi temor era que este libro produjera una operación crítica que no iba a poder dejar de leer en términos de claudicación o, incluso peor, de “avivada crítica”. Lo voy a decir a través de una oposición que Giordano introduce en el anteúltimo ensayo del libro y que refiere a Giorgio Agamben: que se afirmara totalmente la superficialidad de lo actual para atrincherarse en la comodidad que, para un crítico como Giordano, puede suponer lo contemporáneo. Si para los oponentes críticos que en este caso diseña el prólogo del libro las afirmaciones de Josefina Ludmer sobre la posautonomía de la literatura y el “culturalismo y sus políticas”, la manera en que Agamben piensa lo contemporáneo, podría generar “incomodidad”, eso no ocurre en el caso de Giordano. Es un concepto que se acopla perfectamente al aparato crítico-teórico que el autor ha diseñado a través de los diferentes objetos de los que se ha ocupado y, fundamentalmente, con uno de los elementos centrales de ese aparato, que se pone en juego para hablar del yo: la idea de intimidad (el autor se ha cansado de repetirlo: intimidad no como lo más privado del yo, sino como aquello que distancia a ese yo de sí mismo).

Seguir leyendo

Sobre El Talibán

9 Mar

 

 

por Jonás Gómez

 

El talibán, conjunto de poemas visuales de Ezequiel Alemián, es un libro breve en cuyas 56 páginas los textos se encuentran en las páginas impares, ya que en las pares el espacio está reservado para el título de los poemas. Pese a esa brevedad el contenido es potente y los recursos que se encuentran son diversos, siempre partiendo de la aclaración hecha por Alemián en el inicio, premisa que orienta la lectura del libro: los textos que siguen fueron desarrollados a lo largo de varios años a partir de documentos públicos, oficiales y privados vinculados con el 11 – S y la ¨cuestión afgana ¨. Con esa anotación en la primera página se establece un protocolo de lectura delimitado, a partir de esa marca el recorrido será el de la confrontación del lector con la información.

 

Seguir leyendo

Cada tanto un libro de poesía

8 Mar

 

Como su nombre lo indica, el sello Ediciones Cada Tanto, coordinado por Mariano Dupont, publica esporádicamente nuevos libros de poesía de autores argentinos. Ahora es el turno de Intimidad de la siesta de Daniel Riquelme, Claridad del saltimbanqui de Hugo Savino, Nadie atiende los llamados de Pablo Ingberg, y Nanook, del mismo Dupont, en clave de reescritura en verso del documental de R. Flaherty sobre Nanook, el esquimal. La pequeña colección comparte un diseño minimalista y se consigue en pocas librerías.

Más información y fragmentos en www.edicionescadatanto.blogspot.com

La importancia de Alejandro Rubio

24 Feb

 

por Ana Mazzoni

Alejandro Valentín Rubio es el mejor prosista vivo de la Argentina. No digo el mejor novelista, ni el mejor narrador, cuentista o ensayista vivo de la Argentina sino el mejor prosista vivo de la Argentina. La claridad expositiva de todos sus escritos, desde la unidad mínima del verso hasta la más compleja de su última narrativa, se despliega coherentemente bajo el celo de una o varias ideas rectoras que, por lo general, proceden de una capacidad de observación poco amiga del bienpensantismo y más cercana a la sentencia “la única verdad es la realidad”. Los hombres y su modo de vida, su trabajo, sus ideas, su historia y las condiciones que ella ha generado, son sus temas.

Seguir leyendo

Sobre Ficciones barrocas

3 Feb

por Aníbal Jarkowski

El nacimiento de la literatura argentina, la colección de ensayos que Carlos Gamerro publicó en 2006, hacía evidente dos de sus originalidades como crítico: su manera de leer y su forma de escribir sobre la literatura. Era, en cierto sentido, un libro ecléctico porque aquellos ensayos estaban marcados por las diversas publicaciones donde habían aparecido anteriormente y, por lo tanto, también por la diversidad de públicos a los que interpelaban. Sin embargo, más allá de ese eclecticismo, aquellos textos eran unánimes en la inteligencia con que se los había concebido y en la violenta precisión con que habían sido escritos.

Una de las impresiones que tuve al leerlo por aquel entonces, era que ese conjunto de ensayos era una realización del ideal borgeano propuesto para la literatura argentina; el aprovechamiento de las ventajas que ofrece a un escritor su condición de ciudadano de un país periférico.

Seguir leyendo

Vanoli por dos

21 Ene

Apuntes para una lectura

por Maximiliano Crespi

Una de las maneras más efectivas para establecer la importancia de un texto literario es evaluar la incomodidad que produce en la crítica que lo rechaza. Hay ahí, en el resentimiento y en la negación que revela esa escritura, una manera de sentir que permite evaluar su pertinencia o de enjuiciar su impertinencia. Cierta recepción de Varadero y Habana maravillosa (Tamarisco, 2010), a la que aquí sólo se dará el generoso nombre de deslectura, bien podría contribuir a ejemplificar el argumento. El libro de Hernán Vanoli es un libro arisco, indócil; por esa misma razón, quizá esté llamado a convertirse –para bien y para mal– en una suerte de trampera para toda pose de lectura que se solace bajo la autoridad imaginaria de la Crítica. Pero pertenece además a esa especie furtiva de libros impertinentes que ponen en evidencia que lo que más amenaza la lectura es la realidad del lector, su personalidad, su inmodestia, su manera encarnizada de querer seguir siendo él mismo frente a lo que lee, de querer ser un hombre que sabe leer en general. Su apariencia inocente, su prosa seca pero ágil, amena pero ajena a toda frivolidad, y apenas matizada con ciertos giros irónicos que simulan desplazar el sentido de la lectura, lo transforman en un objeto problemático; sobre todo para cierta crítica tribunera y simplista, incapaz de reconocer la incomodidad (que el texto le presenta) como punto de partida de la lectura y demasiado preocupada por sus propios intereses como para percibir hasta qué punto el texto hacer ver las invisibles (naturalizadas) condiciones desde las que su deslectura se autovalida y legitima naturalizando el mito de que la ley y el valor responden a una misma lógica.

Seguir leyendo

Tratado sobre la marginalidad

7 Ene



por Martín Villagarcía

MISFITS

Si hay algo que caracteriza a los personajes de Condominio es la condición de marginalidad bajo la que todos ellos se encuentran. Son freaks, misfits, inadaptados y marginales, en un continuo corrimiento de lo que resultaría esperable. Tal es el caso de la protagonista de “Agustina Migno: una semblanza”, relato en el que se narra el devenir monstruo de quien hubiera sido una promesa musical: “La precoz interrupción de su crecimiento facilitó las decisiones de su entorno (…) La ausencia del húmero explicaba el hecho pero no el apodo despectivo que le endosaron en la infancia. Sin plumas no era razonable considerar esos apéndices como aletas”. Sin embargo, esto no presenta un problema para ella: “incorporó sin angustias la malformación” y acaba siendo reincorporada a la sociedad desde su lugar de freak, “de pie junto al piano o sentada en el margen izquierdo de la banqueta”, como apuntadora. A partir de este momento comienza su derrotero como fenómeno, pasando por una violación (o “amor de golondrina”) para volver a la reclusión, única forma de vida posible para esta clase de sujetos. Pero Agustina no está sola, allí están también los inadaptados de “Sin título (de amor)” y “Casi siempre Adela”, ambos marcados por una imposibilidad. El primero por la imposibilidad de abordar al objeto de su afecto: “Desearía congraciarme con su belleza (…) Se ve que no puedo” y el segundo, de formar parte del mundo que lo rodea, cayendo preso de un proceso de disociación que comienza en el sexo y termina en la muerte: “Yo no siento nada”.

Seguir leyendo

A través del espejo

7 Ene

 

por Martín  Villagarcía


LO MARAVILLOSO

Osos es un cuento de hadas hecho novela. Con este libro, Diego Vecchio recupera de manera actualizada la antigua tradición del relato maravilloso, del mismo modo que lo hicieron el film El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2002) o la novela gráfica Coraline (Neil Gaiman, 2002) y su posterior adaptación cinematográfica (Henry Selick, 2009). Del sistema clasificatorio propuesto por Tzvetan Todorov en su célebre Introducción a la literatura fantástica, la categoría que mejor funciona en este caso es la de “lo fantástico-maravilloso”, la cual corresponde a “la clase de relatos que se presentan como fantásticos y que terminan con la aceptación de lo sobrenatural”. Si bien al principio de Osos se puede percibir el uso de un registro realista, éste se ve inmediatamente quebrado. Indicio de este rompimiento es la desaparición de Oklahoma, el oso de Vladimir (el niño protagonista del relato): “Lo que ocurrió con aquel objeto fue un misterio que nunca logró elucidar”. De esta forma lo fantástico ingresa al relato, junto con la vacilación que genera ante la certeza o no de los hechos. Sin embargo, esta duda queda atrás rápidamente con el paso a lo maravilloso a partir del momento en que Otto, el oso de reemplazo que compra la madre a Vladimir, cobra vida y lo transporta al mundo sobrenatural: “Le hubiera gustado despertarse y decirse que todo había sido una mera pesadilla. Pero sabía perfectamente que no. Aquello que estaba viviendo, y que para colmo de males no podía dejar de vivir, no era un producto del sueño sino por el contrario de la falta de sueño. Sabía perfectamente que era imposible despertar”. Por otro lado, hay algo en el diálogo del niño con su juguete que recrea el origen de los relatos maravillosos: la tradición oral. Las historias que se cuentan para dormir no son nunca exclusivas de uno de ellos, sino más bien construcciones colectivas en las que cada uno aporta lo suyo.

Seguir leyendo

Los hombres de mi vida

7 Ene

El preferido

Edgar De Santo

Edición del autor

2010

 

por Martín Villagarcía

“Mucha gente me ha tocado en el camino hasta este escenario esta noche. ¿Cómo puedo decir quién me tocó más? ¿Mi padre, el soldado americano? ¿Pudo haber sido mi madre?” se pregunta Hedwig, la protagonista de la película Hedwig And The Angry Inch (John Cameron Mitchell, 2001) al momento de recapitular su vida. Lo mismo podría preguntarse Patricio, el protagonista de El preferido, hacia el final del recorrido que traza su relato. Son muchísimos los hombres que lo tocan a lo largo de la novela desde su infancia, partiendo del verdulero: “Estaba con la cadera y la camisa grafa demasiado abierta para ver un pecho enorme como una pista de aterrizaje y su voz velluda”, “Nos tiramos en el colchón y me besaba, no me ponía la boca y la lengua, me besaba” y el carnicero: “Tenía una lengua gorda. Me llenaba tanto que no podía respirar”; hasta sus propios familiares: “Estás con el tío, no hay problema”; pasando por un linyera y sus amigos. Y es que, como dice el tío, “ese culo está pidiendo” y nadie puede resistirse a ese niño que está en plena pubertad.

Seguir leyendo

Mi vida es un telefilm

7 Ene

 

por Martín Villagarcía

 

 

 

Muchas mentiras cuentan sobre mi,

porque mi vida es un telefilm

LA PROHIBIDA, “Desnuda o vestida”

 

En su ensayo “Notas sobre lo Camp” (incluido en Contra la interpretación) Susan Sontag define el camp como “una manera de mirar el mundo como fenómeno estético” y de vivir “la vida como teatro”. Miss Tacuarembó, de Dani Umpi, es claramente una novela campy. Natalia, la protagonista y narradora, experimenta el mundo como un programa de televisión (no importa la índole), en el que al ponerse nerviosa habla “como una robot, como Cher en ‘Believe’” y se siente “en una película de terror” donde su aspecto “debe ser muy similar al de PJ Harvey en algún clip”. En este modo de narrar la experiencia, el “como si” se convierte en el procedimiento principal para dar cuenta de los hechos: “me miran como personajes de Stephen King”, “[m]e siento como en un capítulo repetido de una serial intrascendente”, “comienzo a vagar por entre la gente como una hermosa modelo anoréxica que debe actuar en un patético clip de Enrique Iglesias para poder comer”, etc.

Seguir leyendo